jueves, 7 de enero de 2016

El amor... esa droga cara

En alguna ocasión ya te he dicho lo que opino sobre el amor y sus tortuosos caminos.

Siempre he pensado que no tenemos la capacidad real de amar profundamente a más de una persona a lo largo de nuestra vida; creo que es imposible abrirnos de esa forma a otra persona, dejándonos llevar por emociones que nos superan, ya sean positivas o negativas, entregando todo aquello que somos de forma incondicional, velando a la vez por nuestro cuidado propio para poder hacer feliz al otro. Creo que ese equilibrio, ese amor verdadero que constituye el cuidado mutuo, la necesidad del otro pero no la dependencia, el amor dentro del cansancio por las manías ajenas, el aprendizaje constante con ilusión y ansia del otro, la mejora voluntaria de nuestra persona, la escucha activa permanente que se acaba transformando en necesidad, el sacrificio voluntario, el conocimiento total y absoluto de la realidad cotidiana... creo que todo aquello que constituye una relación de amor puro y real, solo se da una vez en la vida. Querer y ser querido sin trampas, ni ideales, ni fachadas, sin presiones... 

He estado leyendo un artículo hace poco sobre amar o enamorarse, y estoy bastante de acuerdo con lo leído, la verdad. Comentaba que al enamorarnos lo hacemos de un ideal, una imagen que nuestra mente proyecta en base a ideas preconcebidas sobre como debe ser nuestra pareja ideal o como es el amor romántico. Pasamos a sentir constantemente que necesitamos al otro, unas emociones que nos embriagan y embotan la mente, nos evaden del mundo y nos creemos felices; pero amamos la idea de estar enamorado, no a la persona que tenemos delante y eso termina tarde o temprano, y la cotidianidad y la desidia hacen mella en los sentimientos, mutando hacia el hastío y el hartazgo. Decían más cosas, pero creo con esto es suficiente para que te hagas una idea.

Y luego hablaba de lo que implica amar a alguien. Primeramente, conocer a la persona, sus defectos y virtudes y aun así, sentir necesidad de ella, de su presencia y de su ausencia (seguir amándola estando lejos). No perderte en sus necesidades pero que su felicidad sea parte de las tuyas. Amar es una emoción calma, conformada por otras emociones como la pasión, el amor, la frustración, la rabia... Amar a alguien es quererla incluso cuando la rabia te puede, quererla viendo sus defectos. Es querer ser mejor sin olvidarte de ti, querer estar mejor por el otro. Al final todo se reduce a buscar la felicidad del otro en la tuya propia. Y no creo que esto pueda suceder muchas veces en la vida, ni creo que ese amor desaparezca.

Por tanto, creo que nos enamoramos perdidamente de personas a lo largo de nuestra existencia pero solo llegamos a amar a una de ellas, puede que a dos, por entender también las distintas etapas del ser humano o las condiciones de nuestra vida, pero no sé hasta que punto eso es posible. No lo sé. ¿Tener diferentes parejas? Sí, claro. ¿Amarlas a todas? No lo creo.

Te dejo el final de artículo para que veas un poco el tono del mismo:

"Estar enamorado, y todo lo que se relaciona con el amor romántico, es en su mayoría el resultado de lo que nuestra mente elabora. Nos permitimos enamorarnos al ver de manera romántica al individuo así como también a la relación. Cuando estás enamorado, la realidad no siempre es lo mismo que tú ves.

Amar a alguien es algo que te define: define quién eres. Quienes nunca nos dejan son las personas a quienes amamos.

Pueden irse, o salir debido a otras razones de nuestra vida, pero nunca se van de nuestra mente. Su recuerdo nos provoca emociones fuertes. Su presencia en nuestras vidas tiene una influencia tan importante en nosotros que, debido a ellos, somos personas diferentes.Cuando amas a alguien, no puedes dejar de amar a esa persona, ya que requeriría dejar de amar a una parte de ti mismo."


ELENA

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Sobre generaciones perdidas en los años 20 y 30. Las Guerras, el periodo entre ellas, la vida bohemia de los años 20, el amor por la muerte como fin último del sufrimiento que es la vida...

Diferencia entre romanticismo y la generación perdida: unos creían que la vida había que vivirla intensamente pero que sin amor o ideales, no merecía la pena; los otros pensaban que no merecía la pena vivirla porque no había en ella más que sufrimiento y dolor. No se quitaban la vida pero caían en una espiral de autodestrucción que los llevaba a la muerte, no afrontaban sus miedos porque eran cobardes y preferían vivir entre sombras antes que afrontar el dolor.
A día de hoy, esa espiral de autodestrucción se le llama fiesta o tiempo de ocio ¿no será que en el fondo no se han perdido esos ideales de los años 20 pero como tenemos miedo a enfrentarnos a nuestros demonios y los envolvemos de convencionalismos y cotidianidad, decimos que bebemos, nos drogamos, comemos hasta hartarnos, simplemente porque es divertido, cuando en el fondo no buscamos más que una muerte en forma de metáfora? ?qué igual que los autores de esos años, solo buscamos una evasión al sufrimiento que es vivir porque se nos ha olvidado saber disfrutar de la vida? ¿que demonizamos nuestra existencia porque en lugar de rebelarnos contra lo impuesto lo acatamos, provocando insatisfacción e incoherencia en nosotros, y empujándonos a una espiral de autodestrucción encubierta...?

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La hora bruja...

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Golpear un piano también es música

Al final lo coartamos todo con lo establecido, no vemos mas allá; criticamos a aquellos, que en su necesidad de encontrar algo mejor, en su osadía de rebelarse contra lo establecido, marcan una pauta diferente de lo ya creado. Y no me refiero al pensamiento político la ideología, sino en cosas tan básicas como la música, el cine, el sexo o la forma de pasar un sábado por la noche.
Parece que todo debe ser categorizado y estandarizado para encontrarle un sentido, y juzgamos a los demás en base a las estructuras que se han ido creando y de repente, unos tíos que golpean el piano y crean un sonido melódico, agradable y armónico, no son buenos en lo suyo porque no tenemos un canon con el que medirlos. Cuanto no se habrá perdido por estas tonterías de la mente humana, esta necesidad de que todo encaje dentro de la estructura.

Me da mucha rabia que todo deba ser medido en base a algo y no pueda ser visto como independiente al resto, único y diferente. Sino puede ser comparado de forma directa no existe porque no somos capaces de reconocerlo; en todo caso, tratamos de buscarle una similitud con algo de lo ya creado y, a partir de ahí, generar una crítica (que no constructiva ni útil) normalmente negativa, ya que no sigue ninguna pauta establecida; ¡¿cómo puedes criticar algo negativamente que, aunque influenciado, no se puede comparar a nada de lo que ya existe?!, es tan absurdo, pero igualmente lo hacemos, constantemente. Tu, yo, todos. No sé si me estoy explicando bien porque ni he pensado el tema, es algo que me ha venido a la cabeza de repente al ver un video de YouTube.
Puede que sea algo que ocurre conforme vas creciendo, porque es cierto que las mentes jóvenes tienden a ser más flexibles, pero igualmente, dentro de lo ya establecido, de lo que ya conocen, sin salir de su zona de confort creativa. De mayor se agrava mucho más y no eres capaz de ampliar en ningún campo, salvo que tengas una mente flexible por genética o lo hayas trabajado con empeño durante años.

En una clase de mi hermana tratan de abrirles la mente a chavales de 20 a 25 años, para que sean capaces de ser creativos, de ver más allá de los establecido. Daba pena ver como un profesor que rondara los 40, tenía más amplitud de miras a la hora de entender el mundo que los chavales a los que daba clase. No digo conocimiento, datos o experiencia, digo amplitud de miras, que no esta reñido con lo anterior. ¿Cómo vamos a romper con lo establecido cuando no somos capaces de ver las estructuras, de ver lo que debemos romper?

Lo importante es que te haga sonreír

ELENA

martes, 15 de diciembre de 2015

Que opino...

Creo que esto ya lo hemos hablado en alguna ocasión... o me quiere sonar a mi.
En principio la gente que va en contra del velo en la cabeza (no tendré en cuenta el resto) lo atacan porque es un símbolo de represión religiosa. Lo cierto es que se ha acabado convirtiendo en un símbolo cultural e identitario de un grupo de personas, y eso lo convierte en un tema delicado, pues no es enfrentarte a una ideología religiosa, que siendo también una parte identitaria de la persona, no lo tratamos de la misma forma ya que es una elección individual (o así debería ser), sino que forma parte de una cultura, algo impuesto por tu lugar de nacimiento y que normalmente, no eliges.

¿Qué opino yo? que siempre que sea elección de la persona y que ésta sea libre de pensamiento y acción, no lo veo mal. El problema viene cuando es una imposición o un adoctrinamiento, ya que la libertad de la mujer se ve coartada o manipulada y por tanto, injusto a mi forma de ver. En ese caso estaría en contra.

¿Es un símbolo machista? en el Vaticano las mujeres no pueden entrar descubiertas (hombro y escote) pero nadie dice nada porque es la religión de occidente y sino fuera porque le quitaron gran parte de su poder, sería tan represiva como la musulmana, mira sino los grupos más radicales. 
Evidentemente tenemos libertad a la hora de elegir nuestras creencias, pero en España hace 60 años, nadie cuestionaba que una mujer no pudiera llevar pantalones o faldas por encima de la rodilla o escotes pronunciados; y hace unos cuantos más, ni tan siquiera colores chillones como el rojo. Con esto quiero decir que sino fuera por la revolución que supuso la apertura de fronteras, en España las mujeres seguirían vistiendo faldas negras y nadie diría nada, como pasa en el Vaticano (cuya evolución social es nula).
 Si vemos el momento cultural en el que se encuentran esos países, realmente no dista mucho de esa España de los años 40 o 50, por tanto, en lugar de prohibir su uso, deberíamos darles la oportunidad de evolucionar como cultura y en caso de que eso no ocurra (lo más probable, teniendo en cuenta el poder que tiene la religión en esa zona), ya que los niños deberán acudir aquí a la escuela, tratar de darles una educación crítica, para que sean capaces de elegir por ellos mismos.

No sé muy bien el origen del velo en la cabeza, tengo entendido que es para ocultar el cabello de la mujer por ser un símbolo de seducción. En ese caso, todas las religiones monoteístas tienen cosas parecidas, pero solo atacamos a las de esta religión en concreto; en caso de que sea ese su origen no lo defiendo, simplemente digo que todas deberías ser cuestionadas. Vamos que ya no sé si se cuestiona el velo por ser degradante para la mujer o porque es musulman y simboliza el terrorismo y el fanatismo religioso. 

No sé si he contestado muy bien a tu pregunta... a fin de cuentas, que mientras sea una elección libre, no creo que sea negativo. En occidente nos llenamos la cara de pintura y apenas llevamos ropa para "cazar" a un hombre porque es algo que se ha establecido social y culturalmente ¿no es eso más denigrante que llevar un pañuelo que tape tu cabello? A veces perdemos perspectiva.

ELENA

lunes, 14 de diciembre de 2015

Los libros ¿una mala influencia?

Acabo de leer un artículo referente a la mala influencia ejercida por los libros escritos sobre la memoria (aquí) cuya idea principal es el deterioro de la misma por el uso de la palabra escrita, ya que no necesitamos tanto almacenar datos porque podemos volver a ellos en cualquier momento, al tener un archivo físico al que acudir; y lo enlaza con el uso de la tecnología, comparando la perdida de memoria de antaño con la falta de atención actual, pues los cachivaches actuales y la cantidad de información (no diré libre) que circula, nos facilitan demasiados estímulos a la vez que van en detrimento de ésta (la atención). Y me ha dado que pensar, tanto el artículo como el hecho de que conforme lo leía, sentía la necesidad de mirar el móvil por si me escribas o de abrir una nueva pestaña para buscar información nueva, repartiendo mi atención en tres sitios a la vez. Eso, unido a mi carencia memorística que tan malas pasadas me ha jugado. ¿Será cierto que todo ese conjunto de datos, tanto escritos como digitales, nos atrofia el cerebro? Y ya no solo es la memoria, es la falta de comprensión de los textos que leemos al no haber una necesidad real de aprender de ellos.

Tiene lógica que al tener que aprender para recordar, una vez pasada la edad escolar, dejemos de trabajar con ciertos procesos mentales y estos se vayan perdiendo. Leemos pero no hacemos uso de la información adquirida, tendemos a hacerlos por divertimento, ocio, no por aprender sobre temas concretos; y en cuanto a las noticias, leemos para estar informados (o eso nos dicen los medios, que nos informan) y tratar de entender el mundo. El problema es que entendemos el mundo que nos transmiten otros a través de su perspectiva o de la ideología del que dirige el medio, no desde el dato objetivo y la información crítica, pero eso es otro tema. Creemos que leemos para mantenernos informados de lo que pasa en nuestro primer mundo, para nada más, pues tampoco hacemos nada con esa información más allá de debatirla en petit comité con nuestros cuatro amigos de siempre, pero igual que con lo que obtenemos de las novelas, desaparece con el tiempo, dejando claro su poca valía. Si tuviéramos que aprender esos datos o esas historias para transmitirlas a los otros de forma oral, tendríamos que analizarlas, entenderlas e interiorizarlas, de forma que pasarían a formar parte de nuestro conocimiento y estructuras mentales; realizaríamos un procesamiento de la información completo, con una atención plena, una opinión crítica y una memoria completa (tanto a corto como a largo plazo). Leeríamos mucho menos, peor sabríamos mucho más, pero ahora eso no importa. Ahora solo importa llenar nuestro tiempo con cosas o matarlo.

No creo que el papel escrito o la tecnología influya de forma negativa en la retención de datos o en la memoria. Creo que es la forma de vivir la que ha hecho eso; el relacionar la mejora de los canales con el consumo masivo y con ello, la perdida de lo ya citado. Es la falta de comunicación, el poco uso que hacemos de aquellos conocimientos que no producen algo práctico, la carencia de relaciones profundas... lo que atrofia nuestra mente, no el papel. Bajo mi punto de vista.

ELENA

domingo, 13 de diciembre de 2015

Algo... dame algo que no sean promesas que no sabes si podrás cumplir. A eso me refiero cuando te digo que necesito que me des algo a lo que aferrarme, algo que sea real, para que no me sienta idiota escribiendo estos post o mandándote videos. Me estoy volviendo tarumba de tanto darle vueltas a la cabeza y, lo siento, siento decírtelo, pero estoy cansada de escribir, de idear y no recibir respuesta.
Y tu pensarás que me respondes y es cierto, sé que cuando tienes un hueco me dices algo, pero necesito algo más; algo a lo que ir cuando te eche de menos y no pueda dar contigo.
Me canso. Me canso de idear cosas para que te sientas bien, sientas que estoy contigo, cerca de ti y no tener respuesta; de tener que mirar el móvil sin que haya nada en él. No es el tiempo que estás fuera, me da igual una semana o un mes, es la sensación de vacío que tengo, de sonreír cuando no estoy feliz y de no poder hacer nada más que escribir. Será mi negatividad, será que no soy capaz de confiar, será mi inseguridad o los palos que ya me he llevado, será mi exageración y mi tendencia al dramatismo pero me planto. Me he cansado de esperar y lo peor es que no sé ni que espero. 
Dame algo, joder! Algo que me haga llevaderos estos días, algo que me haga sentirte cerca, algo que me diga que no te estás, simplemente, dejando querer. Porque yo también necesito sentirme querida.
Estoy cansada de que todo sea tan difícil en mi vida, de esforzarme y no tener recompensa.